El libro prohibido
El libro prohibido

El libro prohibido

Contemplaba la estantería de libros en el cuarto de mis padres. Estaba construida de manera rudimentaria en el pasadizo que comunicaba con nuestro cuarto, al lado del viejo escaparate. Pero esta vez era diferente. Sentía un ardor por dentro que me decía, “ve por él, no les hagas caso.”

Se trataba del libro prohibido. Un libro de empastado negro y bordes rojos que no estaba permitido leer en la casa. “El que lea este libro se vuelve loco,” era la más común de las excusas. Eso ya no me importaba. El ardor no se iba. Mi corazón latía con fuerza, como cuando uno está a punto de hacer algo indebido.

Vi para todas partes. Me aseguré de que estaba solo. Abrí la puerta del escaparate. Arrimé la silla de la peinadora antigua para usarla de primer escalón. Dos pasos más sobre los travesaños del escaparate y a prisa me senté encima de él. Estirándome con cuidado hacia el libro, lo tomé y sin perder tiempo, desde allá arriba, comencé a leer.

Sus páginas me abrazaron de inmediato. No entendía todos los detalles, pero continué leyendo por varios minutos, o quizás horas, no lo sé. El tiempo parecía haberse detenido.

Leí varias páginas hasta llegar a unas historias fantásticas. Luego se convirtieron en narraciones grotescas. Por lo menos eso me pareció, a mis escasos doce años de edad.

Cuando llegué a los detalles de quien engendró a quien, el susto me pudo más. No quería volverme loco, de manera que de golpe cerré sus portadas.

Con razón, pensé, este libro está lleno de engendros.

Lo devolví a su lugar, salté de regreso al piso e hice parecer como que no había pasado nada en la habitación. Pero algo había pasado dentro de mí. Fue amor a primera vista. Pasaron los días y, aunque no me atrevía a tener otro encuentro cercano con él, me sentaba a contemplarlo desde la cama.

Un día se me ocurrió la brillante idea de comenzar a leer desde la mitad para adelante. Tal vez si leía sólo la mitad me volvería medio loco. Entonces quedé fascinado por sus historias. Héroes de un ayer que parecían pasearse frente a mis ojos a veces nublados por las lágrimas.

Allí conocí a Jesús de Nazaret. Comprendí que se trataba del mismo de quien El Puma cantaba “¡Búscalo! ¡Búscalo! Y verás que así la paz encontrarás y todo cambiará.” Continué buscándolo en esas páginas débiles y amarillentas  que apaciguaban mi fuego interior. Un día le entregué mi corazón y mi habitación nunca más fue la misma. El cielo de aquel viejo escaparate me llevó a nuevas alturas.

Hace ya de eso muchos libros y muchos estantes. Pero La Biblia sigue haciendo que arda mi corazón. Me sigue atrayendo. Me sigue fascinando con su profundidad, con sus consejos y con su sabiduría. Me sigue confrontando con mi debilidad.

Ciertamente, la palabra de Dios es viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta la médula de los huesos, y juzga los pensamientos y las intenciones del corazón
Hebreos 4:12.

Todavía salgo corriendo, todas las mañanas que puedo, a encontrarme a solas con él; a encontrarme a solas… con Él. Cuando me arrebatan sus historias, imagino al protagonista y camino por sus veredas, el tiempo pierde sentido. Vuelvo a ser niño.

Es irremediable. Me he vuelto loco de amor.


La Biblia sigue siendo el libro prohibido en muchos lugares del mundo, pero gracias a las nuevas tecnologías, está disponible y accesible para tí hoy más que nunca. Somos privilegiados al poder leerla abiertamente. Ya sea a través del libro, de Bible Gateway o de otros recursos en línea, estírate con cuidado, no pierdas tiempo y lée la Biblia. Deja que abra tus ojos para que contemples sus maravillas.

La Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos ha declarado la tercera semana de noviembre como la Semana Nacional de La Biblia, con el tema “La Biblia: Un Libro para la Familia.” La semana culminará con la celebración protestante del Día Internacional de La Biblia.

Quiero invitarte a que leas, estudies e integres la Biblia en tu vida y en tu familia. Usa las etiquetas #celebralabiblia y #leetodalabiblia (#biblecelebration, en inglés) para compartir tus versículos preferidos.

La Biblia sigue haciendo que arda mi corazón http://vla.lu/46b #leelabiblia Click To Tweet

Cada día, estaré publicando un verso del Salmo 119 a través de las redes sociales. Asegúrate de compartirlo con tus amigos para hacer de la Biblia el tema principal de toda la semana.

Y tú, ¿cómo celebras la Biblia con tu familia? ¿qué haces para compartirla?

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